Me fui al Mundial de Qatar y me encontré con la afición española, que para mi sorpresa eran mis vecinos del barrio de La Isleta, en Las Palmas de Gran Canaria. ¡Imagínense que alegría!. Hay quien dice que son aficionados fakes pagados por los jeques para ambientar los estadios, pero no son más que patrañas absurdas. Esta gente la conozco yo de toda la vida.